1 Profesor Investigador, Titular B Tiempo Completo, de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Posdoctor en ciencias antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana, Posdoctor en estudios sociales por El Colegio de la Frontera Norte. Doctor en antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudioso de las identidades sociales, del fenómeno médico y religioso. Perfil deseable del Programa para el Desarrollo Profesional Docente. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT. ORCID: -0002-7349-1221; gupalex@live.com.mx
Ciencias Sociales Sociedad Y Cultura Contemporanea Pdf Download
A partir de la década de 1970 múltiples intelectuales se percataron y comenzaron a discutir acerca de la poca incidencia que tenían las instituciones sociales en los sujetos contemporáneos. Desde tal punto de vista, se viene observando que la metamorfosis sociocultural actual se expresa a través de un lenguaje plural, diverso, variado, mediante el cual se revaloriza y se fomenta el cuidado del medioambiente. Asimismo, porque se realza la individualidad de las personas, quienes concentran sus relaciones sociales a partir de las tecnologías de información y comunicación, promoviendo la globalización de una cultura consumista. Esta mutación sociocultural nos ha dirigido irremediablemente hacia un tipo de sociedad peculiarmente nueva, lo que ha generado una compleja transformación sociocultural en el sujeto contemporáneo, donde el tema de la identidad social vuelve a emerger como un fenómeno social novedoso en los estudios sociológicos.
Desde hace varias décadas, diversos autores vienen hablando sobre la decadencia de las instituciones sociales. Esta perspectiva sostiene que las transformaciones sociales contemporáneas se caracterizan por tener un lenguaje heterogéneo que no es univoco ni estable (Derrida, 1986), por revalorizar y promover el cuidado del medio ambiente (Sauvé, 1999), por engrandecer la individualidad de los sujetos (Bajoit, 2003), por estar centrada en las tecnologías de información y comunicación (Castells, 2001, 2003 y 2005; Lyotard, 2006), por suscitar la globalización de una cultura consumista (Bauman, 1996, 2001 y 2007).
Estos cambios sociales nos han conducido irreversiblemente hacia un tipo de sociedad cualitativamente nueva, ocasionado una profunda mutación cultural en el sujeto contemporáneo, donde el tema de la identidad1 constituye un hecho novedoso y sintomático en los estudios sociológicos (Bajoit, 2003).
Esta tesis postula que las personas sólo pueden desarrollarse y poseer identidades plenamente acabadas conforme cada cual capta y refleja, en su experiencia individual, aquellas actitudes y/o actividades sociales organizadas que representan las instituciones sociales. No obstante, la idea de institución social no significa únicamente que la socialización consista en inscribir una cultura en un individuo; asimismo designa una manera única de llevar a cabo ese trabajo sobre los otros. Por ello, las instituciones sociales implican la transformación de valores y principios morales en los sujetos:
Ejemplo de esto, lo encontramos en la familia (en toda la extensión de la palabra) como institución primaria de la sociedad en México, puesto que se encarga de establecer valores y principios morales a través de un sistema de normas que regulan las interacciones sociales entre los individuos que la integran.
Desde hace cuatro décadas las instituciones sociales han colapsado, porque la gran fuerza de ellas radicaba en creer y hacer creer en la homogeneidad de los valores y de los principios universales, que instituían en las sociedades tradicionales para generar un sentido de pertenencia y unidad, donde se configuraba la identidad de cada persona.11
Este desmoronamiento de las instituciones sociales ha ocasionado que el mundo en el que estamos inmersos se encuentre en una profunda mutación cultural del individuo moderno (Bell, 1991; Giménez, 1996 y 1997; Berger y Luckmann, 1997; Harvey, 1998; Dubet y Martuccelli, 2000; Dubar, 2002; Bauman, 1996, 2001 y 2007; Bajoit, 2003; Martín-Barbero, 2004; Inglehart, 2005; Touraine, 2004 y 2005).
Ahora, volviendo al punto, si las formas identitarias y las societarias se pusieran en un mismo plano se hibridarían.18 Sin embargo, el problema reside en que cada día son más grandes las separaciones entre los universos culturales de las diferentes generaciones, ocasionando verdaderas fracturas culturales que alcanzan en profundidad a las identidades individuales y sociales. Es lo que hoy vemos como un desfase generacional de concebir el mundo. Lo que para los padres puede estar bien, para los hijos no y viceversa. Podemos hablar entonces de una crisis de las identidades en el sentido de desestabilización de la disposición anterior de las formas identitarias.
En pocas palabras, cuando me refiero a la modernidad o a lo moderno, estoy hablando de un continuo proceso de transformación del sujeto contemporáneo, el cual se encuentra en una profunda mutación sociocultural identitaria en la época reciente (de la década de 1970 a la fecha). Por otra parte, entiendo que la modernidad no es sinónimo de progreso (visión evolucionista de la sociedad), ya que dicha percepción es una limitante en las investigaciones sociales contemporáneas.
En segundo lugar, una singularidad de la modernidad es el pluralismo cultural, porque este se define como un estado en donde coexisten en una misma sociedad, personas que viven de diferentes maneras. No estaríamos discutiendo si este no fuera un fenómeno específicamente contemporáneo. Uno podría detectar una u otra variante del pluralismo en casi todas las sociedades, excepto en las arcaicas. El México precolombino se caracterizó por un pluralismo de comunidades originarias que en la actualidad están diseminadas a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, mientras que la Europa medieval se distinguió por un pluralismo de estamentos. No obstante, en estos ejemplos las distintas formas de vida estaban vinculadas a un sistema de valores común y la interacción de las comunidades de vida seguía siendo limitada y se mantenía estrictamente regulada. Incluso si definiéramos el pluralismo como un estado en el que es posible encontrar diversas formas de vida dentro de una sociedad, sin que estas se remitan a un sistema de valores común, seríamos capaces de encontrar ejemplos, como el Imperio romano, que en términos económicos y políticos fue una misma sociedad. Sin embargo, incluso en este caso, la interacción de los distintos grupos y personas estaba regulada de tal manera que los esquemas de acción institucionalizados se imponían, aunque estuvieran separados regionalmente. Así pues, los diversos grupos podían interactuar dentro de las esferas institucionales vinculados a su propio sistema de valores y principios.
La noción del individuo social tradicional está determinada por su posición en la sociedad, mientras que el individuo moderno escapa a los determinismos sociales en la medida en que es un sujeto autocreador. En otras palabras, un sujeto contemporáneo es más fuerte y consiente de sí mismo, cuando se defiende de aquellos que amenazan su autonomía y su capacidad de asimilarse y ser asimilado como tal. Por ejemplo, en nuestro país el movimiento lésbico/gay lucha porque sean reconocidos todos sus integrantes como sujetos, pero sólo en la Ciudad de México se han ganado ciertos derechos. Esto más que un desanimo en los individuos es un aliciente, porque se han dado cuenta que bien pueden ganar la partida de ajedrez.
2 En la sociedad contemporánea los sujetos construyen su identidad a partir de lo establecido por la sociedad, pero son libres para pensar, decidir y actuar, en cuanto a la autonomía que los caracteriza como individuos sociales. 2ff7e9595c
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